Skip to content
Menu
photo_2023-04-25_21-48-00-3-1

El robo de cuentas fue la segunda forma de violencia digital por la que más se comunicaron a la línea de ayuda del Centro S.O.S. Digital durante el año 2023. En su mayoría relatan sobre el  acceso y difusión de información personal y describen cómo afecta a su salud mental describiendo ansiedad, miedo y el deterioro de su imagen, como los principales efectos del robo de cuentas.

La limitada información y respuesta desde las plataformas de redes sociales obstaculizan el proceso de recuperación de las cuentas, que en muchos de los casos las personas perdieron por abrir enlaces maliciosos que les enviaron por mensaje pidiendo además sus usuarios y contraseñas.

La solución debe ser profunda

En los últimos días, la policía de Chuquisaca fue víctima del robo de su cuenta en Facebook, poniendo nuevamente en evidencia la violencia digital que se vive en Bolivia y una de sus principales caras: el robo de cuentas.

Esta situación deja una sensación de desprotección en relación a los derechos digitales y hace visible la falta de políticas públicas y de legislación específica que es necesario debatir en profundidad. Por otro lado, la falta de capacidad de respuesta por parte de la policía o de protocolos que incluyan el análisis del daño y reparación frente a las vulneraciones se hicieron carne con el mensaje que dieron notificando a la población el robo de la cuenta y la apertura de una nueva.

Pero ¿qué pasa con toda la información y mensajes con datos personales que seguro llegaban a esa página de facebook con consultas de los y las ciudadanas? ¿Qué medidas de prevención van a tomar para que no les vuelva a pasar?

Si una de las instancias que atienden violencia digital minimiza la situación del robo de cuenta, creando una nueva sin comprender los efectos de esta situación, qué se puede esperar de la respuesta que den a quienes se acerquen a denunciar algún tipo de violencia digital.

Es urgente que quienes tienen el mandato de atender e investigar violencia digital reconozcan e incorporen en sus acciones principios relacionados con el cuidado a la privacidad, protección de datos personales, análisis y reparación frente a vulneraciones digitales y comprender el nivel de gravedad para que puedan llevarlos a los procesos de atención e investigación sin trivializar el impacto que puede tener en las personas ni revictimizarlas, especialmente, si hablamos de niños, niñas, adolescentes, mujeres y población LGBTIQ+, poblaciones vulnerables que son mayoritariamente blancos de robo de cuentas, la difusión de datos personales, la suplantación de identidad.