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2022-04-01_21h16_27

Contra viento y marea, las mujeres hacen política

Si bien en la historia se ha relegado a las mujeres al espacio privado o doméstico, ellas llevan en sus hombros una larga historia de participación política, que muchas veces no ha sido reconocida, incluyendo su papel activo en relación a los derechos digitales.

A pesar del confinamiento histórico de las mujeres, en el último siglo en América Latina se han fortalecido las demandas de participación política dentro y fuera de los espacios estatales. Si bien las mujeres siempre han ocupado espacios públicos, como calles y plazas, ahora también ocupan espacios virtuales como medio de contribución política, social y cultural.

Si bien la participación de las mujeres en la política ha estado presente de diversas formas en la esfera pública y privada, esta ha sido difusa e invisibilizada, y por ello, insuficiente para una emancipación total. Frente a este problema, Anna Fernández (2003), señala tres tipos de estrategias, para cambiar la participación política de las mujeres en la esfera política:

  1. Estrategias retóricas, que consisten en la aceptación de las demandas de las mujeres en el discurso político y reconocimiento público a un nivel simbólico.
  2. Estrategias de acción positiva, donde se anima a las mujeres a participar activamente en política, generalmente a través de un partido político.
  3. Estrategias de discriminación positiva, que implica asegurar una presencia mínima de mujeres a través de medidas concretas, como las cuotas de participación.

¿Las mujeres bolivianas tienen acceso a espacios políticos?

Actualmente, en la política boliviana de Estado están siendo aplicadas estrategias retóricas, de acción positiva y de discriminación positiva a diferentes niveles. La Ley 026 Ley de Régimen Electoral de 2010, instruye que se garantiza la equidad de género y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, a través de una presencia de mujeres en las listas de candidatas y candidatos a Senadores/as, Diputados/as, Asambleístas, Concejales/as y otras autoridades electivas.

Esta Ley ha servido para que mujeres accedan a puestos de poder, pero ha sido criticada porque en muchos casos las mujeres representan agendas político partidarias y no a los intereses de su electorado. Según Nélida Archenti y María Inés Tula (2014), existen fallas de diseño, pues si bien existe un reconocimiento práctico de las mujeres, solamente se exhorta su cumplimiento de cuotas y no se afecta la aplicabilidad de sus demandas.

En ese sentido, queda pendiente el desafío de la construcción de políticas públicas inclusivas para lograr una efectiva participación de mujeres como de grupos con identidades de género y sexo diverso, así como mujeres indígenas y campesinas.

Entre esas políticas públicas, es importante recalcar la necesidad de acortar las brechas digitales para una participación más efectiva para todas las mujeres. En 2020, sólo el 30% de los hogares que contaba con conexión social estaban en el área rural (Lu An Méndez, 2021). La presencia y participación política de mujeres y diversidades dentro y fuera del Estado es fundamental y sigue siendo una deuda pendiente.

Si existe una Ley de cuotas en Bolivia ¿por qué las mujeres participan menos en política?

Pese a la existencia de una normativa internacional y una nacional por la participación de mujeres en política, aún prevalecen barreras difíciles de traspasar por condicionantes socioculturales de carácter estructural. Es decir, no bastan las estrategias retóricas, porque existen obstáculos socioeconómicos que las mujeres viven a diario, como la doble y triple jornada de trabajo, o las faltas de acceso a educación, a recursos económicos, y a TIC.

Estos obstáculos provocan que las mujeres (y más aún mujeres de áreas rurales o periurbanas y las que viven más intersecciones de discriminaciones sistémicas), solamente puedan acceder y aspirar a puestos con menos poder, o de plano queden relegadas de estos.

En ese sentido, Gerardo Durango (2016), sugiere que además de promover y exigir el cumplimiento de normas destinadas a la equidad entre hombres y mujeres, también se refuercen las estrategias de acción positiva, porque estas ejercen prácticas reparadoras de derechos para grupos excluidos en políticas públicas.

Las acciones positivas complementan a las retóricas y de discriminación positiva, porque se aplican de forma práctica y pretenden modificar las situaciones concretas que impiden la participación de las mujeres, contra las restricciones que las posibilitan su acceso a la política en igualdad de condiciones. Por ejemplo, una estrategia de acción positiva podría ser reducir las brechas de acceso a Internet y acceso a dispositivos para impulsar un quehacer político en los espacios digitales.

Desde Asociación Aguayo y Fundación InternetBolivia.org, se trabaja justamente desde la acción positiva, a través del diseño de políticas digitales para mujeres desde mujeres. Es decir, promoviendo que las mujeres diseñen proyectos que respondan a sus necesidades. Este es el caso del curso virtual que impulsaron, llamado “Derechos Digitales con Perspectiva de Género”, donde participaron funcionarias públicas, activistas y dirigentes rurales.

Los espacios digitales: ¿oportunidad o riesgo?

Si bien las brechas y violencias digitales obstaculizan que las mujeres participen en política, también pueden acercarlas a ella. Por un lado, los espacios digitales son canales de expresiones, que pueden ser usados, y están siendo usados, para acallar a mujeres y grupos con identidades de género y sexo diverso a través de distintos tipos de violencias digitales, desalentándolas de expresar sus opiniones y por ende, de ejercer política.

Además de las violencias digitales contra las mujeres, existen condiciones socioculturales, como las sexuales y de género, que acrecentan las brechas digitales entre hombres y mujeres. Por ejemplo, mujeres y niñas están más limitadas a acceder a Internet, haciendo que las brechas crezcan y se convierten en desventajas que las desalientan e impide de participar políticamente en el mundo virtual y físico. Como consecuencia de estas violencias y brechas en espacios digitales, las TIC pueden llegar a ser un obstáculo más para la participación política de las mujeres.

Por otro lado, el espacio digital es un medio para aportar significativamente a la participación de las mujeres, especialmente a partir de la pandemia de COVID-19 que, a partir de 2019, aceleró la digitalización y el uso de Internet en Bolivia. En ese sentido, la participación de mujeres en política resalta la importancia de contar con acceso a espacios virtuales y al uso de las TIC.

En ese sentido, para fortalecer la participación social y, por ende, la democracia en el país, las políticas públicas nacionales y municipales pueden orientarse a promover la participación política a través de estos espacios. Una acción positiva es desarrollar sistemas informáticos de atención en línea para proveer servicios públicos y privados, que ahorrarían tiempo y estrés a mujeres con doble o triple jornadas de trabajo.

Coroico: donde las mujeres acortan las brechas digitales

Si bien, en Bolivia, el nivel central del Estado tiene la competencia de la implementación de políticas de comunicaciones y telecomunicaciones, según la Ley de Autonomías de 2010, el caso de Coroico demuestra que los municipios pueden legislar y aprobar políticas públicas que acortan las brechas digitales. Así sucedió en una alianza entre el gobierno municipal de Coroico, personas de la sociedad civil coroiqueña, e instituciones aliadas como Asociación Aguayo e InternetBolivia e INDELA, cuando se diseñó colaborativamente una Ley que responde a los derechos digitales de las personas.

La participación política de las mujeres dentro y fuera de las esferas del Estado abre posibilidades de incorporar demandas de mujeres, incluyendo demandas históricas y temáticas más nuevas como los derechos digitales con enfoque de género.

Uno de los casos más llamativos de Bolivia es el de la aprobación de la primera Ley de Digitalización y Gestión de Datos Personales (2023) de Bolivia en el Gobierno Municipal de Coroico, a la cabeza de la actual alcaldesa, Elizabeth Mamani1. No es casualidad el proceso de digitalización de un gobierno esté liderado por una mujer joven, ya que ella apoyó el proyecto impulsado por InternetBoliva.org y Asociación Aguayo. Que la alcaldesa reconozca la importancia del tema, permitió llegar al Concejo Municipal y otras autoridades, pudiendo posicionar la Ley.

En Coroico, las mujeres lideresas han tenido un papel clave para impulsar la digitalización. Son las funcionarias públicas y las mujeres de la sociedad quienes dieron su tiempo para participar en cursos de redacción de propuestas de políticas públicas, y también en reflexiones sobre sus experiencias. Gracias a este compromiso, la versión aprobada de la Ley refleja la realidad de las mujeres de Coroico, y hace posible que de ahora en adelante se puedan trabajar el tema de violencias digitales en el municipio.

 

Bibliografía

Archenti, Nélida, & Tula, María Inés. (2014). Cambios normativos y equidad de género. De las cuotas a la paridad en América Latina: Los casos de Bolivia y Ecuador. https://www.redalyc.org/pdf/308/30830414003.pdf

Durango, G. (2016). Las acciones afirmativas como mecanismos reivindicadores de la paridad de género en la participación política inclusiva: Ecuador, Bolivia, Costa Rica y Colombia (Rev. Derecho). Universidad Nacional de Colombia.

Fernández, Anna. (2003). La política, la sociedad y las mujeres (Universidad Autónoma Metropolitana Rectoría General).

Méndez, Lu An. (2021). Los retos de niñas, y mujeres de la tercera edad para sobrevivir a la brecha digital en tiempos de pandemia en el departamento de La Paz (Área urbana y perirubana) (Registro de Direcciones de Internet de América Latina y Caribe (LACNIC)).

Por Matilde Rada