Las redes sociales que solemos habitar son propiedad de una empresa que quiere que estemos el mayor tiempo posible mirando la pantalla y pasando con nuestro dedo por los distintos mensajes para que veamos los contenidos que nos interesan y otros por los que ellos reciben dinero por mostrar. Para eso se desarrollan sistemas que vigilan nuestras interacciones -a quien le respondemos, que nos detenemos a leer, etc- y que pueden crear un perfil sobre nuestros intereses y, por lo tanto, qué publicidad pueda llegar a interesarnos.
Además, para que estemos más tiempo en esa plataforma, no podemos interactuar con personas que estén en otras, es imposible contestar desde twitter a alguien que publicó una foto en Instagram, si o si debemos tener una cuenta en la red para poder interactuar.
Y en la búsqueda que las plataformas hacen de generar ingresos, cada vez más nuestro feed se llena de cuentas que no son las que queremos ver, si no sugerencias de las empresas que brindan el servicio.
A esto se suma la violencia que algunos grupos sociales reciben en estas redes y lo poco que las plataformas hacen para moderar ese contenido violento. Antes esto han aparecido redes alternativas que proponen otro tipo de interacción en internet.
Redes alternativas
La mayor diferencia en estas redes tiene que ver con la existencia de varios servidores que se conectan para ofrecer el servicio, pero que no son propiedad de una sola empresa u organización. Por ejemplo, una Fundación sin fines de lucro o una Universidad puede tener su servidor para brindarle acceso a la red a sus empleados o alumnos, y que desde ahí puedan conversar con el resto del mundo. Y esos servidores pueden tener sus propias reglas de moderación para minimizar el riesgo de que las personas sean violentadas por lo que escriben allí.
Fediverso
El conjunto de aplicaciones conocido como fediverso se hizo un poco más conocido cuando Elon Musk compró twitter y algunas personas comenzaron una migración a redes sociales donde sufrieran menos acoso. En ese momento se habló principalmente de Mastodon, una aplicación con similitudes a Twitter. Pero también existen aplicaciones como Pixelfed con una estética parecida a Instagram, al estar basada en una imagen o video y no en texto. La ventaja es que si yo quiero tener una cuenta en Mastodon porque suelo escribir, desde esa misma cuenta puedo seguir a alguien en Pixelfed, ver sus fotos, comentarlas, etc.
Lo que para algunas personas aumentaba su dificultad al principio es que cada una de esas aplicaciones tiene muchas instancias a la cual uno puede sumarse, y cada una de esas instancias tiene su propio acuerdo para participar. Por decirlo de cierta forma, no hay un solo Mastodon, si no varios ejemplares del mismo. De hecho Threads, la competencia de Meta/Facebook a Twitter/X utiliza, este protocolo y promete que en un futuro se podrá interactuar entre esta aplicación con otras del Fediverso.
Enlaces
- Mastodon.social es la instancia original de Mastodon
- Pixelfed tiene un directorio para buscar instancias
- Diáspora, una red del fediverso comparable a Facebook
- Para una explicación más detallada del Fediverso puedes leer esta página en castellano
Bluesky
Esta red se viene desarrollando desde hace años, pero recién hace unos meses se abrió la entrada a cualquier persona que quiera participar. También es una alternativa a Twitter/X y, de hecho, se comenzó dentro de la empresa como un proyecto por si existía algún problema con la plataforma, como por ejemplo que la comprara una persona y la cerrara. Trabajan mucho en mejorar la moderación de contenidos y para que cada usuario pueda crear su propio hilo de intereses, por ejemplo, si te interesan los podcast puedes seguir ese hashtag y enterarte de todo lo que se publique utilizando esa palabra.
Bluesky también está pensada para conectar diversos servidores, aunque por ahora el original es el más grande de los mismos, y casi el único. Para crear la herramienta utilizaron su propio protocolo, así que en principio no interactúa con el fediverso, pero hay formas de lograrlo.
Enlaces
Nostr
Es otro protocolo a partir del cual se crearon muchas aplicaciones, basado en la llamada web3, que también tuvo su expansión hace unos años, aunque ahora se habla menos de estas tecnologías. Tambien es descentralizada y se puede entablar conversaciones con personas que están en la misma red, aunque no en el mismo servidor. Quienes desarrollan el protocolo y las aplicaciones remarcan el objetivo de lograr una red en que las personas no puedan ser censuradas. Como toda aplicación de web3, está relacionada con las criptomonedas.