Las redes sociales tuvieron varios roles durante la crisis política de fin de año en Bolivia. Sirvieron para organizar protestas ciudadanas de base geográfica (barrios, rotondas, etc.), y también se crearon con criterios temáticos o se usaron los que ya existían para organizarse (fraternidades, grupos de colegio, de familia, etc.). Parte de esta organización estuvo atenta a alertar a vecinos, comunarios o colegas acerca de peligros; coordinar acciones y solicitar apoyo para grupos afectados. También fueron útiles para mantenernos informados y desinformados. En este rol me quiero detener.
Twitter fue utilizado principalmente para difundir las diferentes posiciones a un público externo. Preocupaba cómo se interpretaba desde fuera lo que estaba sucediendo en Bolivia. Facebook, con alguna deliberación y principalmente para difusión de memes y noticias verdaderas o falsas. Entretanto, WhatsApp fue el servicio digital que más se usó para informarse. Vamos hablar en esta oportunidad de algunas características de esta última plataforma, ideal para difundir noticias falsas.
WhatsApp no es propiamente una red social, sino un sistema de mensajería, por lo que la comunicación es privada. Si bien se pueden crear grupos, la comunicación solo se da entre los miembros, no está abierta a todo el público. Esta característica de la comunicación que sucede en grupos pequeños, muchos de ellos conformados por gente cercana, crea una sensación de confianza entre personas y se tiende a confiar más en los mensajes que circulan por ese servicio. Por otro lado, hay menos mecanismos de verificación de la información que circula porque no es público. En un grupo en el que la mayoría está de acuerdo con el tipo de mensajes que circulan, resulta más difícil cuestionarlos.
Además, el hecho de que las empresas de internet proporcionen “WhatsApp ilimitado” como parte de sus promociones crea un ambiente nocivo. Es decir que una vez que se terminan los datos ya no se puede navegar en internet, pero se sigue teniendo WhatsApp, con lo que no es posible verificar noticias pero sí consumirlas. WhatsApp es la herramienta ideal para difundir noticias alarmistas y noticias falsas.
Estas cámaras de eco en que se convierten los grupos de WhatsApp promueven la polarización de opiniones y posturas, alejan las posiciones, impiden dialogar, radicalizan acciones e inspiran violencia. Ciertamente las redes sociales tuvieron usos beneficiosos durante la crisis, pero también roles muy nocivos para la convivencia. Este es un aspecto que debe ser considerado por las plataformas digitales de mensajería y redes sociales, porque sus espacios privados están afectando seriamente bienes públicos y la cohesión social.
Eliana Quiroz
Fuente: La Razón