La invención de Internet y la constante modernización de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han abierto un sinfín de puertas para numerosos campos del conocimiento y del desarrollo humano. Desde el campo de la economía, sumergirse en la nueva dinámica de la vida digital es una tarea casi tan inevitable como apremiante, dada la velocidad de la competencia global en avances tecnológicos y digitales orientados al consumo.
Las formas de producción se adaptan a los cambios, haciendo que los bienes y servicios adquieran nuevos valores y propicien mayores oportunidades para operadores y consumidores. Sin embargo, las puertas hacia aquellas oportunidades se abren en la medida en que las condiciones del ecosistema digital así lo permitan. Entonces, ¿cómo incidir en estas condiciones para generar más apertura en el mundo digital?
Primero, el diagnóstico
Según plantean Foronda & Miranda (2020) 1, para elevar el desarrollo de la economía digital en Bolivia, deben considerarse cuatro pilares: infraestructura, comercio electrónico, nuevos emprendimientos tecnológicos e incorporación de tecnología digital en empresas y capital humano especializado.
Para cada pilar, se establecen redes de actores públicos y privados que interactúan al interior de un ecosistema digital, cuyo principal objetivo debiera ser elevar la calidad de vida de la población por medio de la facilitación de procesos productivos y servicios.
A grandes rasgos, siguiendo a Foronda & Miranda, la infraestructura incorpora canales de conectividad (internet, redes de transporte y telecomunicaciones) como base en la cadena de procesos, donde participan ATT, Entel, AXS, Cotas, Comteco, Nuevatel y Telecel. Por otra parte, el comercio electrónico considera transacciones digitales de compra-venta (incluyendo manejo de criptoactivos), donde intervienen principalmente BCB, ASFI y Asoban. En cuanto a los nuevos emprendimientos e incorporación de tecnología digital, las startups emergen desde sectores innovadores como: Fintech, Edtech, E-commerce, SaaS, Agrotech y Healthtech 2, entre otros. Finalmente, el capital humano especializado se forma a partir de las demandas del mercado laboral global y de las ofertas educativas escolares y universitarias.
Descrito el ecosistema, el siguiente paso será establecer líneas de acción concretas. No obstante, antes de avanzar, cabe señalar que un asunto trasversal de alta relevancia es la gobernanza de datos, de cuya planificación y desempeño depende la seguridad ciudadana. En la medida en que el ecosistema se complejiza, la regulación del uso de datos pasa de ser una opción a una obligación que recae en el Estado, representado principalmente por la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic). Por lo tanto, para cualquiera de los pilares, se hace imperativa esta consideración.
Establecer líneas de acción y propuestas
Tras diferenciar el panorama de actores, la Fundación InternetBolivia.org reconoce 14 desafíos para Bolivia frente al desarrollo de la Economía Digital 3. Éstos se relacionan con la necesidad de una Ley de Protección de Datos Personales, economía informal, brecha digital, normativa para Fintech, normativa tributaria para servicios digitales, educación para capital humano especializado, propiedad intelectual, protección de consumidores y empleados digitales y acuerdos comerciales internacionales en áreas de economía digital, entre otros.
Para asumir cualquiera de estos desafíos, se requiere el involucramiento de cadenas de actores que pertenecen a distintos campos y pilares de desarrollo de la economía digital. Es este sentido, los estudios y planificaciones deberían transversalizar sus hipótesis y propuestas, a fin de que tomadores de decisiones y emprendedores puedan acordar facilidades de forma oportuna.
A medida que la innovación avanza, surgen temas que deben ser priorizados por el impacto que poseen sobre la calidad de vida y sobre la productividad. Desde el ámbito público, la Agetic cumplió con su mandato de elaborar una Agenda Digital con miras a 2030, considerando regulaciones y políticas públicas sobre digitalización y conectividad de diversos sectores. Sin embargo, la concreción de esta propuesta y el impacto de sus resultados en el largo plazo dependerán de la sintonía con los objetivos de las startups y con las dinámicas del e-commerce (cuyos empleados digitales aún pertenecen a la economía informal, en gran mayoría).
En adición, la creación de un entorno habilitante para el uso de tecnologías de inteligencia artificial también se constituye en una responsabilidad, considerando el ritmo que llevan otros países en la región latinoamericana, y las oportunidades de acuerdos internacionales que existen al respecto.
Evaluar y proyectar
Habitar, consumir y producir responsablemente en la era digital implican conocer el rol y potencialidades de cada persona dentro de ese mundo. Con este breve panorama presentado, es posible proyectar acciones y soluciones de precisión para avanzar hacia una economía digitalizada con oportunidades que abran puertas a nuevos espacios constantemente. A la par, es necesaria una mirada astuta y realista que considere las condiciones económicas, políticas y sociales de la coyuntura boliviana, a fin de fijar concreción y establecer entornos más sólidos en las propuestas para el desarrollo del país.
Por Delina Pineda Fernández