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Mediterraneidad digital

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La digitalización, a pesar de lo que se suele creer, no sucede en las nubes. Si bien sus señales están en el aire, la conectividad a internet, la transferencia de datos, el procesamiento de toda la información que consumimos es, en realidad, un proceso muy terrenal, pues depende de la infraestructura física: cableado de fibra óptica, servidores y dispositivos, pero también de acuerdos políticos, decisiones suscritas en papeles entre países, empresas y organismos internacionales.

Hace un par de semanas, se reunió la Alianza Digital entre la Unión Europea y América Latina en Cartagena, Colombia. Fue un diálogo de alto nivel político organizado por la estrategia de financiación de la Unión Europea denominada Global Gateway que busca impulsar proyectos en los sectores digital, energético y de transporte en países del Sur global con 45.000 millones de euros destinados para América Latina. En pocas palabras, es la nueva forma de cooperación internacional Norte-Sur.

Esta reunión incluyó a las agencias de cooperación europeas, representantes de gobiernos latinoamericanos, empresas y 15 organizaciones de la sociedad civil de diversos países. Como Fundación InternetBolivia.org, tuvimos la oportunidad de ser una de las organizaciones seleccionadas de la región.

El diálogo de alto nivel estuvo orientado a discutir las prioridades de financiación de los próximos años en materia digital. Las discusiones se orientaron en cinco ejes: cooperación en ciberseguridad, gobierno digital, gobernanza de datos, inteligencia artificial y acceso a internet con conclusiones críticas. Se acordó, por ejemplo, lograr acciones de desarrollo de recursos humanos en ciberseguridad, fortalecimiento de flujos internacionales de datos –con una nivelación de los marcos de protección de datos en cada país– y la creación de una identidad digital interoperable. Asimismo, se mostraron los proyectos estrella de desarrollo de infraestructura de conectividad 5G y de procesamiento de datos.

Varios de estos proyectos ya se están ejecutando, beneficiando el desarrollo de infraestructura verde, fortalecimiento de la conectividad en áreas rurales y la investigación en fuentes energéticas en países de América Latina. Lastimosamente, y a pesar de que Bolivia es un país con una de las mayores brechas digitales,  aún no aparece en el listado de principales proyectos de cooperación. Si bien nuestro país estuvo presente en este diálogo a través de la Agencia de Gobierno Electrónico (Agetic), su participación en las negociaciones y su incidencia en foros internacionales como estos son poco frecuentes -por ejemplo, es uno de los pocos países que no firmó la Declaración de Santiago sobre Inteligencia Artificial (IA), no es miembro de la Red Iberoamericana de Protección de Datos, no ha estado presente en las discusiones sobre la nueva Convención de las Naciones Unidas para la lucha contra los Ciberdelitos, ni se presenta en el Foro de Gobernanza de Internet, entre otras tantas discusiones que se están generando a nivel global.

La digitalización, en cuanto a mecanismos de financiación, adopción de estándares y regulaciones, toma de decisiones sobre su infraestructura crítica –aquello que se denomina gobernanza de internet– requiere un alto nivel de internacionalización y de nueva diplomacia. Si bien Bolivia carece de capacidades y recursos en varios ámbitos, no estar en estas discusiones de una manera activa, con perspectivas propias y con una cartera de proyectos propios, puede generarle una mediterraneidad digital; es decir, estar aislado no solamente en sus fronteras físicas, sino también en sus fronteras digitales y tecnológicas.

Como sociedad civil, y más allá de eso, como especialistas en la temática, pensamos que es momento de que Bolivia empiece a mirar su salto digital desde una perspectiva integral, informada y crítica. Se requiere formar diplomáticos y tomadores de decisión en temas digitales, que comprendan lo que está en juego en los nuevos avances tecnológicos, ciudadanos y ciudadanas conscientes de sus derechos en la era digital. Pero eso no sucederá automáticamente, sino que será el resultado de una visión política que entienda que la digitalización no sucede en las nubes y para lo cual, los bolivianos y bolivianas, debemos estar preparados.

 

Por Cristian León, Director ejecutivo de Fundación InternetBolivia.org para Guardiana