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La Fundación InternetBolivia.org estuvo presente en el XI Foro Social Panamazónico (FOSPA)1, que se celebra cada dos años, un espacio de convergencia y diálogo que reúne a organizaciones sociales, comunidades indígenas, ambientalistas, académicos y activistas, la mayoría de la región amazónica.

Aunque la problemática ambiental involucra una serie de debates con respecto al desarrollo, en este evento pudimos destacar desde nuestra perspectiva dos problemáticas urgentes. Por un lado, la constante criminalización y persecución de defensores del medio ambiente, varios de los cuales son atacados a través de medios digitales y sus luchas deslegitimadas mediante el uso de noticias falsas y difamación. Por otro lado, la importancia de la gobernanza de datos para la planificación y el fortalecimiento de la soberanía de los pueblos indígena-originarios.

Criminalización y persecución de defensores del medio ambiente

En la era digital, la defensa de los derechos humanos ha encontrado nuevas dimensiones y desafíos. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tienen impactos en los territorios, así como en la explotación necesaria para su desarrollo. Al relacionar el derecho a un medio ambiente sano con los derechos humanos en entornos digitales, el debate se amplía más allá de pensar la accesibilidad a la conexión a internet en zonas alejadas. En este contexto, la transformación digital ofrece tanto oportunidades como amenazas para los defensores y defensoras de derechos ambientales, quienes son blanco de diversos ataques que afectan su integridad y derechos digitales.

En ese sentido, hemos corroborado la necesidad de apoyarles en un contexto de deslegitimación de su lucha mediante difamación y la difusión de noticias falsas. Al hablar con los defensores y defensoras, nos llamó la atención cómo se han normalizado estos ataques digitales al pasar desapercibidas las amenazas y actos de violencia que enfrentan.

El evento se organizó en mesas temáticas que abordaron diversos ejes que afectan a la región. En nuestro caso, trabajamos en la mesa de «Pueblos Indígenas» en el eje de “Defensores y defensoras de la Amazonía”. La metodología buscaba la redacción de dos párrafos que serían parte del mandato del FOSPA, el documento final del evento. Sin embargo, surgió una problemática urgente: dos compañeras de Zongo, una región en los Yungas del departamento de La Paz, Bolivia, estaban siendo criminalizadas por defender sus territorios de la minería ilegal y mientras se encontraban en el evento en Rurrenabaque, fueron notificadas que serían detenidas una vez regresaran a su territorio.

En ese contexto, cobró más importancia y urgencia, redactar un pronunciamiento que denunciara la criminalización y otras injusticias para posteriormente hacer una recolección de firmas en el mismo evento.

“Apoyamos firmemente la defensa de los territorios de la comunidad de Cahua Chico y de las demás comunidades de Zongo contra los abusos ocasionados por la minería ilegal. En particular, exigimos el respeto y cumplimiento de las resoluciones y autodeterminaciones de los pueblos indígenas de la jurisdicción de Zongo. Demandamos la aplicación de las sentencias constitucionales y de las resoluciones de la Justicia Indígena Originaria Campesina (JIOC) que condenan las actividades del empresario Óscar Bellota, quien explota ilegalmente los recursos bajo la fachada de la cooperativa minera «28 de Octubre». Asimismo, denunciamos las persecuciones, amenazas y criminalización de los defensores y defensoras del territorio. Exigimos que la justicia ordinaria respete y reconozca en igualdad de condiciones las decisiones de la Justicia Indígena Originaria.”

Este es un fragmento del pronunciamiento que pueden leer de forma completa aquí

Gobernanza de datos y la soberanía de los pueblos indígena-originarios.

Fueron pocos días pero con mucha reflexión: ¿Cuáles son los discursos de «greenwashing» que están manejando las Big Tech? ¿Cómo hacer que ONGs y fundaciones no roben voces para direccionarlas a sus objetivos?, entre otras tantas preguntas que surgieron.

También nos cuestionamos si es viable buscar una gobernanza de datos como herramienta para la toma de decisiones y la soberanía de las naciones indígenas. Hemos identificado que herramientas como mapeos, monitoreos, registros fotográficos y otras pueden ser de gran ayuda para enfrentar ciertos conflictos. Además, sabemos que “los datos son el nuevo petróleo”. Actualmente, son un recurso con el que se lucra, a menudo a costa de los recursos naturales y culturales de las comunidades locales, sin que estos beneficios regresen a ellas. Esto no sólo las excluye de las ganancias generadas, sino que también puede poner en peligro su seguridad y autonomía, al exponer información sensible a actores que no respetan los procesos de consulta ni los derechos de los pueblos indígenas.

Cuando pensamos en la información recopilada acerca de la Amazonía, debemos preguntarnos: ¿quién recopila esta información? ¿Quién puede acceder a ella y utilizarla? Dejar mucha información abierta sobre la Amazonía puede ser aprovechado por la minería ilegal, el crimen organizado y entidades que no respetan los procesos de consulta con resultados. Por otro lado, los monitoreos ambientales realizados por instituciones dentro de la Amazonía suelen seguir lógicas extractivistas, y la información no se comparte con la población local. Tenemos muchas cuestiones que resolver cuando hablamos de los datos que se recopilan sobre estos territorios y quién los gestiona.

Nos hemos quedado con más preguntas que respuestas, pero estamos empezando a trabajar en los temas en los que consideramos que podemos aportar. Ha sido muy interesante ver que la convocatoria ha logrado que participen más de 1000 personas, incluyendo la articulación de movimientos sociales, organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro, organizaciones indígenas, comunidades locales, activistas y académicos de los países que comparten la Cuenca Amazónica. Sin embargo, consideramos que aún no se ha podido lograr el objetivo que era “(…) proponer acciones estratégicas para la defensa de la Naturaleza y los pueblos de la Amazonía”. Entendiendo la dificultad del objetivo, esperamos que el trabajo del FOSPA tome cuerpo de la mano de la creación de alianzas o debates que logren impactos posteriormente.

Finalmente, llegamos a la complejidad de replantear los conceptos de ‘desarrollo’, que con frecuencia se lo asocia con el acceso a ciertos tipos de tecnología,  y si esto es posible. Algo que queda claro es que no deseamos proteger el aire de los países que han agotado sus recursos, que ahora, siendo potencias y llenos de smog, necesitan de nuestros pulmones. Cuestionamos el desarrollo colonial y extractivista que, ahora acompañado de tecnología, sigue la misma lógica. Creemos que el problema radica en que, una vez más, las acciones de ‘desarrollo’ están orientadas a enriquecer aún más a los ricos y empobrecer a quienes originalmente habitaban esas tierras, desplazándolos, asesinándolos, quemando sus tierras, enfermándolos o criminalizándolos. Y, por supuesto, depredando la diversidad, flora y fauna de la Amazonía, considerándola un recurso y no una forma de vida.

 

Autora: Eloisa Larrea, Investigadora y analista de proyectos