En el año 2044, la tecnología no será el instrumento liberador de nuestras mentes, sino posiblemente aquello que controle nuestros cuerpos. Ciberdelincuentes, congregaciones, empresas y gobiernos, usarán las tecnologías para recopilar toda la información sobre cada uno de nosotros y nosotras y manipularnos completamente.
Esa es la premisa sobre la que se pensó el Datachiri 2.0, una historia gráfica y una audio-ficción que crearon Alejandro Barrientos, Joaquin Cuevas (Altopia) y Marianne Diaz (Internews) en el marco de la campaña para una Ley de Protección de Datos Personales en Bolivia que impulsa la Fundación InternetBolivia.org con apoyo de las organizaciones Internews y Fundación Heinrich Böll
¿Pero qué es el Datachiri? El Datachiri se basa en el mito del Khari Khari o Kharisiri, esa entidad mística andina que roba grasa y vitalidad de las personas. Ambientado en el universo de Altopia, el Datachiri 2.0 propone llevar la idea del Khari Khari hacia una distopía ciberpunk en la cual una Congregación de fanáticos, Analytica Global, ha logrado controlar los cuerpos de personas que tienen ciertas discapacidades a través de ofrecerles implantes gratuitos y así acceder a todos sus datos biométricos. En esa distopía, Sasha, una joven cuya motricidad se ve afectada por el uso de implantes controlados por Analytica Global, descubre el lado más oscuro de la instrumentalización tecnológica para disciplinar a la sociedad.
Aunque ese mundo parece ciencia ficción, en realidad es un reflejo cabal de lo que sucede hoy en día por varias razones:
1) Ya se recolectan datos personales sensibles referidos a salud y al funcionamiento de los cuerpos. Casi todos tenemos dispositivos móviles que capturan el movimiento que hacemos, la cantidad de pasos que recorremos, cuánto dormimos y a qué hora. Pero aún más, quienes tienen seguros de salud, deben saber que todas las visitas que hacen al médico y sus historias clínicas son datos que se están recolectando y compartiendo entre entidades públicas, hospitales, empresas, entre otros. Buscadores como Google, también recolectan todo tipo de datos, incluso si buscamos síntomas, tratamientos o toda información similar.
Esos son los implantes inteligentes a los que se refiere el Datachiri 2.0.
La pregunta es, ¿esto puede empeorar? Y la respuesta es claro que sí, conforme metemos más tecnología a nuestros cuerpos, esto va a empeorar.
2) ¿Existen los datachiris? Sí, los Datachiris son las propias empresas que hoy en día recolectan toda nuestra información, en gran medida, sin nuestro consentimiento. También lo son delincuentes informáticos que extraen bases de datos de hospitales, de seguros y otros, y con esta información extorsionan a personas o simplemente comercializan esas bases de datos. En el futuro, esta información se va a multiplicar exponencialmente y puede convertirse en el mecanismo perfecto de disciplinamiento biológico.
3) ¿Cómo se lucha contra este tipo de problemas? En un mundo ideal, las personas deberíamos volvernos más conscientes de todo lo que sucede y cuidar más nuestra información. Pero esto no necesariamente sucede y en realidad, cada vez más, introducimos elementos que nos roban nuestra información como lo hace el Datachiri.
Por ello es que dos vías que asumió la Fundación InternetBolivia.org para luchar contra los datachiris, son las de promover una ley de protección de datos personales en Bolivia y desarrollar conocimientos en la sociedad. Somos un país sin legislación en esta materia, lo cual lleva a que empresas, gobiernos, congregaciones y ciberdelincuentes, se aprovechen de ello.
El equipo de InternetBolivia.org viene trabajando desde el 2019 en generar debate al respecto, ha elaborado un anteproyecto de ley y ha estado trabajando conjunto a varias organizaciones de la sociedad civil. Este es el momento de apoyar esta normativa antes que el Datachiri se adueñe completamente de nuestro futuro.
Pero eso no es suficiente, se requiere una prevención activa con campañas de información, desarrollo de capacidades en poblaciones más vulnerables. Los datachiri andan sueltos y no sabemos cómo protegernos de ellos.
Si bien Datachiri es una perspectiva pesimista de la realidad que nos empieza abrumar, también es una conversación necesaria.
Muchos de los avances tecnológicos que hoy tenemos, hace cuarenta años atrás eran cosas de ciencia ficción y aunque hoy creemos en nuestra capacidad para dominar internet y pensamos que lo tenemos todo bajo control, en realidad sólo hace falta un cuestionario tan básico como “¿Qué tipo de novi@ serías?” o un reto en redes sociales como “sube una foto tuya de hace diez años y otra de ahora” para que regalemos nuestros datos personales y biométricos a empresas. Lo que nos lleva a esta frase que resume este momento “cuando el producto es gratis, el producto eres tú”
En 2020 una entidad financiera muy prestigiosa en Bolivia, recibió denuncias de sus usuarios y usuarias que habían sido despojadas de sus cuentas de banca por internet y les habían robado su dinero. Esto no era debido a la debilidad del sistema del banco, sino porque estas personas cayeron en ardides de páginas falsas de venta donde pusieron las contraseñas de su cuenta y perdieron mucho; como todavía no dominamos el funcionamiento de las actividades online, pocos sabemos qué podemos revelar y qué no en las plataformas de pago.
Con estos antecedentes, la cuestión es, ¿Qué tan distópicos tenemos que llegar a ser para tomar consciencia de estos temas?
¿Qué desastre o qué desgracia tiene que suceder para que abramos los ojos?
¿Qué tiene que pasar para que nuestras autoridades asuman que la ley de protección de datos es una necesidad?
No esperemos que el Datachiri toque nuestra puerta para empezar a reaccionar
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Autores: Sayuri Loza – Cristian León