En el marco del proyecto «Alfabetización digital para la seguridad de la navegación en línea de niñas niños y adolescentes» con el apoyo de Educo, hemos realizado más de 60 talleres con alrededor de 1100 niños, niñas y adolescentes pero no de cualquier manera.
Creamos una metodología especialmente adaptada para cada edad que tiene lo lúdico como centro, lo que permite que los y las estudiantes incorporen habilidades digitales de manera divertida.
A lo largo de estos dos meses de trabajo, hemos visto un crecimiento en la participación de los y las chicas en cada actividad que estuvo acompañada de un apoyo escrito de unas guías diseñadas con ejercicios prácticos y teoría contada desde tres personajes que con historias y hacen llevadero el aprendizaje.
Entre risas y arte
El teatro y la pintura son nuestros aliados en este camino en el que buscamos entre todos y todas aprender sobre Internet, seguridad digital y una vida libre de violencias en esos entornos.
Dar herramientas para que los niños, niñas y adolescentes puedan expresar lo que sienten cuando navengan, conocer lo que les gusta y lo que no y cómo quieren cambiar eso que no, es clave. Entonces, mediante la creación de escenas teatreles o murales también construimos conocimiento y entendemos sus experiencias en entornos digitales.
Aprender haciendo
En este recorrido también venimos haciendo laboratorios audiovisuales en los que chicos y chicas usaron diversas herramientas y plataformas online para crear contenidos vinculados a la seguridad digital, la prevención de violencias en línea y mucho más.
El que chicas y chicos puedan “meter mano” hace que se les vaya el miedo a enfrentarse a un dispositivo y encontrar nuevos espacios de ejercicio de derechos en un entorno que tiene sus especificidades. Esto permite también achicar brechas digitales de género, dado que por los roles de géneros impuestos, muchas veces las niñas se mantienen alejadas de las tecnologías y eso las vuelve aún más vulnerables frente a situaciones de violencia en línea.
Aprendizajes compartidos
Este proceso ha sido un invaluable aprendizaje tanto para los niños, niñas y adolescentes, como para los y las talleristas. Cada encuentro se ha convertido en un espacio de construcción colectiva de conocimiento, esto no sólo enriqueció cada dinámica, sino que también fomentó un ambiente de colaboración en el que todas las voces fueron escuchadas y valoradas, fortaleciendo el aprendizaje mutuo y la confianza para enfrentar los desafíos digitales de manera segura.